Existe una corriente que recorre el mundo entero, de norte a sur y de este a oeste, la defensa del planeta ante el exceso de contaminación. La lucha por un planeta más amigable con el medio ambiente y más sostenible se extiende a todos los rincones.
De esta tendencia global aparece la construcción de las casas pasivas o passivhaus, que, entre otras, cosas utiliza la iluminación led para reducir el consumo eléctrico y, por tanto, reducir el impacto medio ambiental referido a la energía.
Efectivamente, la casa pasiva o passivhaus se caracteriza por el uso de tecnologías que requieren un consumo de energía especialmente bajo, no solo por recurrir a focos led, tiras led y lámparas de techo led para la iluminación, sino porque tanto su estructura como su construcción se hace pensando en necesitar lo menos posible los sistemas de calefacción y así aprovechar al máximo la luz natural.
La tecnología led para optimizar el ahorro lumínico y respetar el medio ambiente
Como es ampliamente reconocido, la tecnología de iluminación ofrece un buen número de ventajas, motivos más que suficientes para que las casas tecnológicamente más avanzadas, como las Passivhaus, sean las que utilicen.
Entre otros beneficios cabe destacar los siguientes;
1. Ahorro energético
Como ya se ha comentado, se consigue el mayor ahorro energético posible en iluminación, de entre un 50 y un 60%. Esto implica un ahorro considerable en la factura eléctrica mensual.
2. Perdurabilidad
Su vida útil es imbatible, puede llegar a funcionar hasta 50.000 horas (algunas hasta 100.000), las lámparas de bajo consumo tradicionales no suelen superar las 8.000 horas máximo. Esto también incide en el ahorro económico, ya que, de media, cada 3 o 4 de estas lámparas solo se va a necesitar 1 con tecnología led.
3. Mantenimiento
El mantenimiento de este tipo de luces es prácticamente inexistente, apenas existe posibilidad de llevar a cabo algún tipo de reparación eléctrica derivada del uso de leds.
4. Calidad lumínica
En este sentido, cabe destacar la inexistencia de parpadeo lumínico, tiempo de encendido prácticamente inapreciable y con la posibilidad de regular la intensidad de la luz con los sistemas DMX.
5. Potencia y carga
La tecnología lumínica led ofrece una nula carga inductiva en la red y la reducción, tanto de la potencia instalada como el consumo por energía reactiva. Las lámparas leds, además, no emiten calor y están consideradas como los sistemas de iluminación más seguros del mercado.
6. Decoración
Por último, cabe resaltar las excelentes posibilidades creativas en el ámbito de la decoración que ofrecen, ya sea por poseer toda la graduación de temperaturas de color como por los propios sistemas.
Por ejemplo, las tiras permiten distintos escenarios decorativos; detrás de muebles, estantes, libros… enmarcando cuadros o rincones, acompañando barandas, escalones, zonas bajas de la cama o de los sillones, para bordear la isla central de una cocina, marcando la longitud de un pasillo, acompañando a la vegetación en los jardines y terrazas, en los comercios para hacer resaltar un producto… por no nombrar las muchas otras posibilidades que ofrecen los focos led o las lámparas de techo leds, pues las opciones son prácticamente ilimitadas.
Por todos estos motivos, es por lo que las casas pasivas o passivhaus prefieren este tipo de iluminación a cualquier otro.
La eficiencia de una casa passivhaus
La eficiencia energética es la principal característica que define los diseños de las casas pasivas, llegando a establecerse como unidad específica de energía en el 10 % por cada unidad de volumen. Hay que saber que, en los países considerados desarrollados, el estándar de bajo consumo energético se encuentra en una cantidad menor o igual a los 15 kW por metro cuadrado durante un periodo concreto.
Durante el año completo, no se debe exceder los 120 kW por m2, lo que significaría haber alcanzado la alta eficiencia en tecnologías de ahorro de energía en el inmueble.
Para alcanzar ese grado de eficiencia, una casa pasiva, además de usar iluminación led, también debe poseer un alto grado de aislamiento térmico, una falta total de “puentes térmicos”, ventanas eficientes con triple acristalamiento, uso de argón, pulverización por reflexión del calor…, estanqueidad de toda la estructura, y un sistema de ventilación mecánica que posea recuperación de calor de alta eficiencia.
La fuente de alimentación
Otro factor inherente a una casa pasiva es el suministro alternativo o, si es posible, alcanzar la completa independencia de la red eléctrica municipal. Las actuales tecnologías permiten suministrar el consumo a partir del sol y del viento, acompañadas con una optimización del consumo interno de esta energía.
Para esta optimización, para llegar al ahorro máximo posible, además de las anotaciones referentes a la luz y a la calefacción del punto anterior, también hay que llevar a cabo la sustitución de viejos electrodomésticos por otros con reducido consumo energético. Siempre se deberá optar por aquellos que posean la certificación energética A, A++ o A+++.
Del mismo modo, es importante asegurar el funcionamiento de estos aparatos en su modo económico automático, configurar el temporizador para el refrigerador y lavadora para que trabajen de noche, lo que reducirá notablemente la tarifa mensual de la compañía eléctrica.
El suministro de agua en una vivienda pasiva
Después de tener bajo control todo lo relacionado con el consumo eléctrico, incluido dispositivos (eficientes), aislamientos (puentes térmicos, paneles de vacío, techos y paredes…), calefacción (pasiva), y las fuentes de alimentación (solar o eólica), también es importante valorar el suministro de agua.
Este factor consigue diferenciarse del resto por la disponibilidad constante de agua caliente gracias a las fuentes de calor alternativas integradas en el diseño de la casa pasiva, como por ejemplo con el uso de bombas de calor.
Es habitual que una casa de campo, que necesita energía eléctrica para agua caliente para las necesidades domésticas y económicas, gaste hasta 30 kilovatios por cada metro cúbico de agua.
Con una casa que ahorra energía desaparece este gasto excesivo, siendo esta su principal ventaja. Por otro lado, gracias a la instalación de un pozo artesiano, un pozo abisinio o un sistema de recolección de agua de lluvia, se reduce significativamente la dependencia a las fuentes de suministro habituales de agua.
La ventilación
Los sistemas de ventilación de las casas pasivas mantienen el clima interior en condiciones óptimas. Logran equilibrar el nivel natural de oxígeno, de dióxido de carbono y la humedad del aire ambiente, aunque su principal ventaja es el poder que ejerce para conservar la energía térmica.
Los sistemas de las passivhaus poseen intercambiadores de calor (recuperadores) que captan calor del aire ventilado (cocina, baños, inodoros…) y lo devuelven al interior de la vivienda. Así mismo, el aire fresco de la calle es introducido en la casa usando canales adyacentes al intercambiador de calor, absorbiendo el calor y trasladándolo al interior. El sistema logra reducir las pérdidas de temperatura hasta en un 87 %.
En definitiva, existen fórmulas que ya se están poniendo en práctica para optimizar los consumos, aunque no se posea una casa pasiva, comenzando con el cambio del tipo de iluminación anticuada por el tipo led, mucho más eficiente, ecológico y económico a medio plazo y largo plazo.
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